¿Cómo calcular la potencia eléctrica que necesito?
Aquí tendrás acceso a toda la información relativa al cálculo de la potencia instalada necesaria para tu inmueble, cómo ahorrar en tu factura eléctrica y los nuevos tramos normalizados de potencia.
¿Qué es la potencia de luz contratada?
La potencia contratada para nuestro suministro eléctrico será la capacidad de nuestra instalación de suministrar energía a una cantidad limitada de aparatos eléctricos. Todo esto antes de que el Interruptor de Control de Potencia (ICP) llegue al límite, que hará que nuestra luz se corte en caso de verse superada la cifra de potencia contratada.
Además, será lo que comúnmente conocemos como el término fijo (Potencia facturada) de la factura de la luz, que deberemos regular para que satisfaga nuestras necesidades personalizadas como usuario.
¿Qué potencia de luz contratar?
Para decidir que potencia contratar para tu inmueble, deberemos tener en cuenta varios aspectos. Lo primero es hacer el cálculo de qué potencia es necesaria. Para ello, podrás usar nuestra calculadora de potencia.
Deberemos saber que desde octubre de 2018 desaparecieron las potencias normalizadas, por lo que podremos ajustar nuestra potencia contratada en escalones de únicamente 0,1 kW. Gracias a este cambio, podremos conseguir una mayor precisión en nuestra factura eléctrica.
Cálculos externos de la potencia eléctrica
Además de nuestra calculadora de potencia, tendremos otros modos de calcular una estimación de cuánta potencia deberemos instalar en nuestro inmueble. La mayoría de estos modos tienen como objetivo encontrar el pico de uso de esta potencia en el inmueble, siendo esa la potencia mínima a contratar.
Algunos de estos modos son los monitores de consumo y los contadores digitales. Con ambos podremos ver la curva de carga, la cual muestra cómo se reparte nuestro consumo a lo largo del día, viendo de forma fácil en qué momento alcanzamos el máximo y cual es. Los datos recogidos por ambos deberían aparecer en el área de clientes de nuestra compañía.
También tendremos la opción de contratar a un técnico electricista, el cuál podrá hacer una estimación mucho más precisa que nosotros mismos, pudiendo conocer de primera mano el consumo específico de los diferentes aparatos eléctricos.
Cálculo propio de la potencia eléctrica
Por último siempre nos quedará la opción de calcular esta potencia de forma completamente manual, sumando el consumo de los principales electrodomésticos que podamos llegar a tener en funcionamiento de forma simultánea. Esto toma aún más sentido cuando estamos dando de alta la luz, sin poder contar con un histórico de nuestro consumo, ya que podremos realizar una estimación muy cercana a la realidad que podremos refinar cuando tengamos un histórico real.
Para esto, deberemos sumar cada uno de los consumos de los electrodomésticos de la casa, los que serán los responsables de la mayor parte del consumo, y multiplicar ese resultado por lo que se denomina “factor de simultaneidad”, que tiene en cuenta que no tendremos todo funcionando al máximo de sus capacidades todo el tiempo. Este factor será de 0.3.
Como ejemplo podemos realizar las cuentas para un hogar con estos electrodomésticos:
- Horno (2000 W)
- Lavavajillas (2000 W)
- Microondas (1300 W)
- Frigorífico (300 W)
- Televisión (300 W)
- Lavadora (1900 W)
- Aire acondicionado (1500 W)
- Calefacción (1800W)
Con estos números, los sumamos, resultando en 11100 W, que si lo dividimos entre 1000, para obtener los kW, obtendremos una potencia de 11.1 kW. Esta cifra es muy alta y excesiva, por lo que la multiplicaremos por 0.3 para tener en cuenta que no tendremos todo funcionando al máximo al mismo tiempo nunca. El resultado de esta estimación será de 3.3 kW, al que deberemos sumar 1 kW, para cubrir sin problema el uso de bombillas y otros aparatos eléctricos de menor consumo, pero que también suman. Tras todo esto, nuestro resultado estimado será de 4.3 kW de potencia contratada para dar de alta nuestro suministro eléctrico.
Una vez conozcamos la potencia necesaria dentro de nuestro inmueble, podremos saber cuál contratar, adaptando los kW al pico que podamos tener de forma habitual y así no incurrir en la contratación de una potencia superior o inferior a la necesaria.
¿Nuevas potencias normalizadas?
Primero, deberemos tener claro lo que significa en nuestra factura la potencia contratada. Siendo este el llamado término fijo, es decir, pagamos de forma fija y constante una cifra por tener acceso a la potencia que necesitamos.
Hasta el último trimestre de 2018, las diferentes potencias venían preestablecidas, sólo pudiendo elegir entre los distintos tramos, para que se ajustase lo mejor posible a tu consumo particular.
Actualmente la potencia puede ser configurada de forma completamente personalizada, es decir, pudiendo realizar aumentos o disminuciones de mínimo 0’1kW, con un máximo de 15 kW. Así actualmente es posible ajustar de forma precisa el término fijo de nuestra factura.
¿Por qué cambiar la potencia contratada?
Habrá momentos en los que la potencia contratada de tu inmueble no será coherente con el consumo realizado o previsto tras el alta, ya sea por el cambio de electrodomésticos, la compra de más o la llegada de un nuevo inquilino.
Entonces, nos podremos encontrar con dos casuísticas posibles, en la que nuestra potencia es excesiva y no la necesitamos, por lo que estaremos pagando un término fijo en nuestra factura superior al coste de potencia contratada que deberíamos, y en la que nuestro ICP esté saltando continuamente, por lo que nuestra potencia es insuficiente. Cuando es insuficiente, pagaremos menos de lo que nos corresponde, pero no podremos realizar el uso que pretendemos de nuestros dispositivos eléctricos.
Estos cambios tendrán unos plazos y un precio determinado, ya que no es un trámite gratuito, unido además a los costes de alta del suministro.